lunes, 9 de mayo de 2011

Fragmentos



Pequeñas cosas que guardas en cajones
o inmensos recuerdos que no entrarían en ellos
una frase imantada en tu conciencia
o un dibujo en un cuaderno
un mínimo gesto, una mueca imperceptible
Un actuar desprevenido.
Madrugadas y despertares
balcones que fueron templos
un altar elevado a la altura de tus ojos
minutos que fueron décadas
(y días que fueron instantes)
Un pucho compartido por la mitad
o un vaso ahogado en su propia agua
Una cama, una almohada,
pieles sudor y lágrimas disfrazadas.
Fantasías y proyecciones motivadas
por el humo y la verborragia.
Insignificantes recuerdos que hoy ya son
historia para ser contada.


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