martes, 9 de agosto de 2011

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lunes, 8 de agosto de 2011

domingo, 7 de agosto de 2011

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Esas instancias de sueños mal memorados, y revelaciones imprevistas suelen tomarme por sorpresa, a la hora de formularme preguntas sin respuestas, las mil y unas ideas convergentes en un mismo punto equidistante a cada meridiano.
Es que a veces no sabemos donde estamos parados y trazamos un rayon imaginario en el cual se dividen las aguas en menos partes que las que desearíamos, tomando frentes complejos e indeseados, como si optáramos un camino unidireccional y hermético en el que no somos libres de especular. Que duales podemos llegar a ser, siempre dudando, siempre equivocándonos. Deberíamos dejarnos sorprender más, tener intensos ataques de júbilo inesperados, exitantes, desprejuiciados, simples. Robémosle esos pequeños placeres al hado, somos capaces y persistentes, tenemos los medios pero no el coraje.
Ya no tendremos miedo, ya no seremos vulnerables al destino incierto, enfrentarémos las batallas intrínsecas que nos proponemos inconcientemente. No quiero volver a sentir que que cada paso que doy es firme ni desacertado, quiero librarme totalmente al azar y sentir que nada es real. Los sentidos se agrupan y condicen en la libertad de su fluir, dejando marcas de guerra y dolor atras, persistiendo en que lo que va a venir. No hay marcha atras, no hay fábulas de arrepentimiento, solo hay una leve brisa que susurra y sugiere cautelosamente un poco de seguridad.